jueves, 30 de mayo de 2013

Capítulo 18.

La tensión se respiraba en la sala. Todos se lanzaban miradas entre sí mientras mi corazón apresuraba su latido. Hel miraba sobresaltada a Zayn, esperando una respuesta, al igual que todos.

-Creo que eso es algo privado. – Contestó Zayn definitivamente.
-Vamos Zayn. Contéstalo, ¿qué más da? – Insistió Liam.

Yo miré a Hel y fruncí el ceño.

-Eso es algo que no tengo por qué contar en una entrevista, chicos. Saben de mi relación con Carol, pero no tienen por qué saber cosas de la intimidad.
-Está bien. – Añadió Hel. – Tienes razón. Esa frase ha sido algo impertinente. -¿Continúas? – Prosiguió.
-La última pregunta es de Selene. – Dije. Después, miré de nuevo al folio encajando aún la situación.
-¿Cómo es vuestro prototipo de chica?

Todos se miraron y sonrieron.

La puerta de la sala se abrió y entró Jones. Le miré algo incómoda. Demasiada presión para que ahora también estuviese presente él.

Los chicos le miraron y el hombre se puso detrás de nuestro sofá, admirando la entrevista desde detrás

-Creo que para mí físicamente no hay ningún prototipo. – Contestó Harry rompiendo la situación.
-Pues para mí sí. – Interrumpió Zayn, mirándome. – Que sean como ella. – Dijo señalándome a mí.

Todos me miraron y sonrieron. Hel se quedó boquiabierta y Jones me miró sobresaltado. Mis mofletes comenzaban a arder ¿Por qué Zayn había dicho eso?

Una carcajada de Niall retumbó en la habitación. Después, todo le siguieron.

-¡Es la verdad! – Musitó Zayn abriendo las manos en signo de evidencia.

Jones sonreía. Si el supiera realmente porque Zayn estaba diciendo eso…

-¿Alguna pregunta más? – Insistió Hel.
-No. No hay más preguntas. – Conseguí decir intentando disimular mis mejillas ruborizadas.
-Bien, pues entonces, esto ha sido todo, chicos. – Dijo mi amiga. –Gracias.

Ella se levantó del sofá y fue a agradecer a todos los chicos la presencia. Yo permanecía en estado de shock, con la silueta de Jones detrás de mí, y yo, pendiente de mi jefe y pendiente de lo que haría Hel al tener que despedirse de Harry.

Simplemente, le miró y éste pasó su mano por su espalda, diciéndole algo al oído disimuladamente. Jones no se percató, pero yo sí.

De nuevo mi mirada fue a Zayn, el cual se acercó a mí para despedirse. Me levanté inmediatamente cuando me di cuenta de lo maleducada que estaba siendo.

-Gracias, un placer. - Zayn pasó su mano por mi cintura y me dio dos besos lentos y dulces en las mejillas. 

Después me lanzó otra sonrisa.

Esa fue diferente, esa sonrisa me hipnotizó. Tanto, que hasta se me olvidó eso de la tal Carol.

Después de guiñarme su ojo izquierdo, retiró su mano de mi cintura y dejó paso a los demás chicos para que todos se despidiesen de mí, después, abandonaron la sala.

Todos estuvieron satisfechos con la entrevista. ¡Menos mal! Me dirigí a la cámara y la paré.

Me giré y vi a Jones sonriente.

-Buen trabajo, chicas. – Nos felicitó.
-Gracias, señor. – Contestó Hel a su alago.
-Esos chicos son cercanos, ¿no?
-Mucho. – Contestó Hel. – No sabe cuánto.

Y se echó a reír.  Después, cogió uno de los folios donde había tomado alguno que otros apuntes y los levantó para que lo viese. Después me tiró un beso y despareció de la sala.

Terminaba de recoger la cámara para dejarle todo preparado a Julie. Jones se acercó lentamente a mi.

-Buen trabajo, _____. – Dijo sonriente.

Levanté la mirada y le vi a mi lado.

-Gracias, señor Jones. – Le agradecí incorporándome de nuevo y mirándole a los ojos.
-Pronto tendré su ascenso.

¡¿Mi ascenso?! ¡POR FIN! Tenía ganas de saltar de la alegría, de gritar. Pero me controlé.

-Estupendo. – Me limité a decir.

Jones sonrió.

-Por cierto, perdón por hacerle esta pregunta tan directamente, pero, ¿Vio como le miraba ese chico? El más morenito de todos.

Miré sobresaltada a Jones. ¿Enserio se dio cuenta? ¿De verdad se percató? ¡Mierda! ¿Y si sabía todo? Pero no podía ser. Tenía miedo.

-S-sí… - Balbuceé. – Supongo.

Jones sonrió y me transmitió tranquilidad. No debía de saber nada.

-Será su forma de mirar, no hay nada de lo que preocuparse. – Intenté encajar la situación con la realidad.
-Claro. – Dijo Jones convencido. – Me voy a seguir vigilando las oficinas. Enhorabuena, ____. Siga así.

Y abandonó la sala.

Suspiré de tranquilidad. ¡Por los pelos!

Me senté en el sofá, de nuevo masajeándome la sien. Todos estos días llevaban mucha presión con ellos, y ese chico estaba alterando totalmente mi vida, en todos los sentidos.

No dejaba de pensar en él. ¿Por qué? ¿Qué tenía? ¿Qué sentía por él? Esto era realmente preocupante.  

-¿Se puede o me vas a echar? – Una silueta estaba en la puerta esperando una respuesta.

Levanté la mirada y le vi. Su perfecto cuerpo el cual llevaba una camisa vaquera remangada, mostrando sus tatuajes del brazo.

-Z-zayn. –Balbuceé de nuevo.
-Hola, preciosa.

Me levanté rápidamente del sofá y metí mis manos en los bolsillos traseros del pantalón.

Él se acercó a mí y se sentó al lado de donde yo me acababa de levantar para ser educada y corregir lo de hacía minutos atrás- 

-Yo me tengo que ir. – Le informé.
-Te debo explicaciones. 
-¿Qué tipo de explicaciones? - Pregunté confusa.
-Vamos, _____. Se que ese tal Andy no había hecho esa pregunta. 

¿Cómo lo supo? ¡Ese chico era realmente atento y listo! Su ingenio era extraordinario.

-Zayn, no tengo tiempo ahora.

Pero el chico tiró de mi brazo hacia abajo sin importarle mi tiempo y mi trabajo.

Su brusco tirón hizo que cayese en el sofá y que me quedase a pocos centímetros de él. Miré sus ojos a la luz del día, realmente cerca, y pude apreciar que eran los ojos más increíbles que había visto.

Sonrió y volví en sí. Me separé rápidamente de él y aclaré mi garganta.

-Ella no es nada mío. – Añadió.
-Bien.
-Se fue a Nueva York hace un par de meses porque le interesó más triunfar allí como actriz y ser millonaria por sí sola antes que quedarse conmigo aquí. Entonces me di cuenta de que quería más al dinero que a mí. Y me atrevo a decir que solo me quería a mí por el dinero que pueda llegar a ganar. Lleva muchos días llamándome pero jamás la podré perdonar. Se fue sin despedirse, sin decirme que se iba. Simplemente, cuando estaba a punto de coger el vuelo, me mandó un mensaje diciéndome que probaría suerte en Nueva York y que lo mejor sería olvidarse de todo.

Mi boca se abría poco a poco. No daba abasto. ¿Cómo podría haber hecho esa chica eso a Zayn?

-Me cabreé muchísimo y lo pasé francamente mal. La quería muchísimo. Pero la rabia me pudo e hizo que mi vida quisiese sacarla de ella. Borré todas las fotos con ella, tiré todo lo que me regaló, cambié la cerradura de mi casa porque ella tenía una llave... – Hizo una pausa y miró al suelo. – Y quizás sea un rencoroso, que creo que lo soy demasiado, pero esa chica me hizo muchísimo daño.
-Zayn, yo… Lo siento de verdad. No pensé que te pudiese llegar a afectar tanto…  - Le dije entrelazando mis manos y mirándomelas, nerviosa.
-Tranquila. Ella es pasado. Ahora mi presente eres tú. Quiero que seas tú.


Levanté mi mirada, la cual estaba estorbada por unos cuantos mechones que se interponían en mi cara.  Su sonrisa era mágica, ahora más aún. Esa palabra, esa frase me ayudaron a llegar a una conclusión… Quizás Zayn estuviese consiguiendo su objetivo y me estuviese empezando a gustar…

PD. Chicas, he hecho un vídeo que no tiene nada que ver con las novelas, pero considero que es muy emocionante... Me encantaría que lo vieseis y me dijeseis qué os parece, me haría ilusión :) Aquí os dejo el enlace. Os quiero. http://www.youtube.com/watch?v=oAVBe00LA04



miércoles, 29 de mayo de 2013

Capítulo 17.

-Estarán al llegar. – Me informó Jones. – Te esperarán en la sala del fondo, la de siempre.
-Pero, ¿qué les pregunto? No he preparado nada.
-Tranquila, aquí te dejo la chuleta y la grabadora. – Jones me dejó dos folios encima de mi teclado. –Por cierto, también quiero que te encargues de grabarlo. Julie ya ha instalado las cámaras, sólo tendrás que ajustarlas y pulsarle al botón de grabar.

¿Encima tenía que grabarles? ¿Se creía mi jefe que yo era multiusos? Pero, ¿grabarles para qué? ¡Si esto era una revista!

-Estamos abriendo una página web y a partir de ahora grabaremos todas las entrevistas.
-Bien.
-Además, quiero que vayas practicando, ¿recuerdas lo del ascenso? – Añadió.
-Claro, señor.
-Pues intenta hacerlo lo mejor posible. Buena suerte, ____.

Y desapareció.

Puse mis manos sobre la sien y comencé a masajearla.  Esto era imposible.

Me levanté de mi sitio y apagué el ordenador mientras recogía mis cosas. Todo esto lo hacía por mi ascenso.

Colgué mi bolso en mi hombro derecho y cogí los papeles que me dio Jones con las dos manos. Comencé a andar por el pasillo hacia los baños. Necesitaba despejarme con algo y lo único que habría a mi alcance ahí sería agua.

Caminaba andando con la cabeza pegada al suelo. No quería levantarla, el peso y la responsabilidad que se me venía encima era la que me tiraba de ella hacia abajo.
Entré en el baño por fin. Dejé las cosas al lado del lavabo y me miré al espejo apoyando mis manos en la piedra.

Tenía la mirada desganada, vaga. Ese chico tenía la culpa. Desde hacía un par de días no había dormido bien, y no hacía más que mirar los bombones que me había mandado. ¿Por qué? Ni siquiera yo sabía la respuesta.

-¡Eh! – Una voz femenina apareció detrás de mí. Me giré.
-Hel. – Era ella.
-¿Qué haces aquí?
-No te lo vas a creer…
-Supongo que sí. Jones me ha dicho que te acompañe, es tu primera entrevista y puede que no te sepas manejar.

Suspiré. Claro que sabría hacerlo, pero mi instinto asesino podría traicionarme en cualquier momento.

-Parece que el destino quiere que le vea a diario. – Dije mientras Hel se retocaba en el espejo.
-Quizás sea por algo. – Añadió mientras juntaba sus labios para esparcirse el gloss.
-Te ignoraré mejor, Hel.

Mi mejor amiga sonrió cogiendo de nuevo su bolso y dirigiéndose a la puerta.

-Vete yendo hacia la sala. Estaré con Harry. – Me informó.
-¿Ya está aquí?
-Sí.  Vino antes para verme.

Sonreí tímidamente. Ese chico no me encajaba como el perfil de hombre para Hel, pero se lo estaba ganando. Quizás de verdad le gustase.

Un flash se iluminó en mi mente mostrándome su nombre “Zayn” ¿Y si a él también le gustaba verdaderamente yo?

-Espera Hel. – La dije cuando se cerraba la puerta.

Ella me la sujetó y yo abandoné el baño y yendo en dirección a la sala de entrevistas para tener listas las cámaras cuanto antes. Atravesé el pasillo y llegué a la sala.

Dejé mis cosas en uno de los sofás y, tras resoplar un par de veces, me acerqué a las cámaras para cuadrarlas en el sitio donde esos chicos se sentarían.

Miraba a través de la pantalla y ajustaba el enfoque. Perfecto.

-¿Se puede? – Una voz masculina interrumpía ese momento conmigo misma dando un par de golpecitos en la puerta.

Levanté la mirada y la dirigí hacia el sonido de la voz. Era Louis, que venía acompañado de los otros tres componentes de BFY.

-Pasad. – Dije yo sonriente.

Los cuatros componentes del grupo se acercaron a mí y me saludaron amablemente. Era la hora de Zayn. 

Le miré íntimamente y dejé rozar mis mejillas con las suyas, sin ningún tipo de intercambio de palabra.

-Sentaos, por favor. – Les pedí.
-Falta Harry. – Me informó Liam mientras tomaban asiento.
-Estará con su nueva novia. – Bromeó Louis.
-Seguro. – Apoyó Niall.
-Tranquilo, aún no es la hora de la entrevista. – Contesté.

Me senté en mi sofá y saqué las preguntas de ese folio. Después saqué la grabadora y la exploré.

-¿Nos vas a grabar? – Preguntó el más rubio de todos.
-Ajá. – Asentí.
-Y, ¿Crees que la cámara nos sacará a todos? – Insistió.

Me levanté y me dirigí hacia el aparato para asegurarme. Miré por la pantalla de la cámara y la moví un poco hacia la derecha. Pero mi mirada se desvió hacia la penetrante mirada de Zayn. Él me estaba mirando a través de la cámara y me estaba incomodando, intimidando. Esa mirada me atravesó directamente y se manifestó como un extraño sentimiento.

-¡Buenos días, chicos! – Exclamó Harry entrando a la sala, delante de Hel.

Esa exclamación hizo sobresaltarme y me retiré rápidamente de la cámara, abandonando la mirada de Zayn. 

Pero éste no hizo lo mismo. Seguía mirándome y insistía para que mi mirada de nuevo chocase con la suya.

Me senté en el sofá después de haber saludado a Harry y mientras todos ellos saludaban a Hel. Saqué el folio y me lo revisé una vez más.

-¿Tienes todo listo? – Preguntó Hel sentándose a mi lado.

Los chicos cuchicheaban entre ellos mientras nosotras hablábamos de temas profesionales.

-Sí. Todo listo. – Contesté.
-¿Empezamos la entrevista ya? – Preguntó Hel.
-Claro. – Contestaron todos.

Liam, Harry y Niall estaban sentados en el centro, mientras que Zayn cuidaba el lado izquierdo del sofá y Louis el otro extremo.

Me levanté y le pulsé el botón de “Play” a la cámara. Ya estaba grabando. Hel se encargó de activar la grabadora.

-Cuando quieras. – Susurró Hel.

Cogí aire y cuadré los folios en mis piernas.

-Buenos días, chicos. – Dije.
-Buenos días. – Contestaron todos a unísono
-Como sabréis, esta es la entrevista para la revista “The Sunshine” y os haremos una serie de preguntas, además de también contestar una serie de preguntas que os han enviado vuestras fans. – Informé siguiendo el guión que minutos antes me había dado Jones.
-Genial. – Exclamó Louis.
-¿Cómo lleváis esto de ser mundialmente conocidos? – Preguntó Hel.
-Llevamos un año siendo un fenómeno entre el mundo adolescente y aún no nos ha dado tiempo a asumir todo esto, pero es fantástico ganarse la vida siendo lo que quieres ser y llegando a lo más alto con cinco chicos como tú, esto es realmente increíble. – Contestó Liam.

Les lanzamos una serie de preguntas a las cuales ellos contestaron alegremente. Esos chicos eran sencillos y cercanos para ser adolescentes millonarios. Durante la entrevista, Zayn no paraba de mirarme. Me sentía incomodada, pero no podía negar que yo también le miraba a él. Y lo peor de todo: Me gustaba mirarle.

-¿____? – Hel me dio un leve golpe con el codo.
-Ah, sí, sí. Perdona.

Los chicos rieron disimuladamente, mientras Zayn miró hacia su derecha soltando una pequeña sonrisa individual. Yo me ruboricé.

-Ahora vamos con las preguntas de las fans. – Informó Hel.
-La primera es de Adeleine. – Dije leyendo el folio. - ¿Cuáles de vosotros tiene novia?

Los chicos miraron a Louis. Entendí que era él quien tenía novia. Todos menos Liam, que miró a Zayn. Esa mirada me descolocó.

-Creo que yo. – Dijo el mayor del grupo levantando la mano.

Lancé una sonrisa a Louis en forma de afirmación. – La siguiente pregunta es de Andy, y dice: - Me quedé pensativa.

Esa era mi oportunidad.  Esa era la oportunidad para preguntarle lo que quería saber. Esa explicación que me debía y que quería pedirle disimuladamente.

-Zayn, ¿qué pasó con Caroline Stone? – Mentí.

Todos los chicos se quedaron boquiabiertos y se reían burlonamente de Zayn. ¿Habría metido la pata? Esa pregunta no existía, ese tal Andy solo preguntaba por su comida favorita.

-Vamos, Zayn. Contesta. - Apresuró Niall.


Zayn no se reía, estaba en shock. ¿Qué pasaría con esa tal Caroline para ser tan grave como su cara aparentaba serlo? 


martes, 28 de mayo de 2013

Capítulo 16.

Ahí venía. Guardé corriendo el móvil intentando colocarlo en la misma posición que estaba antes.
Andaba, y, a medida que se acercaba, sonreía más.

El hombre que estaba al lado de las mangueras se acercó a él y empezaron a hablar. Después, el señor introdujo la manguera en el mercedes y esperó unos segundos. Yo seguía confusa.

El chico se agradeció y se acercó al coche.

-Ya estoy aquí. – Dijo abriendo la puerta y colocándose en su asiento.

Le sonreí aún aturdida con lo que acababa de vivir y regresé la mirada al suelo gris de la gasolinera.

-¿Te gusta? – Preguntó mientras se abrochaba el cinturón.
-¿El qué?
-El disco.
-Sí. Me encantan The Beatles. 

Zayn sonrió girando extremadamente el volante y se incorporó de nuevo a la carretera.

-Siento haber tardado tanto. – Se disculpó. – La dependienta era fan, las gafas no me han servido de mucho.
-Ah. – Le dije cortante.

Me miró preocupado. No se esperaba tal respuesta a tal explicación.

-¿Te pasa algo?
-No me encuentro bien. Prefiero irme a casa.
-¿Ya? - Exclamó.

Asentí con la cabeza.

-¿Te ha dicho algo el viejo de la gasolinera?
-No.
-¿Entonces?
-Zayn, llévame a casa.

El chico suspiró y giró la dirección del coche para obedecerme.

Su rostro cambió completamente. Su gesto ahora era de enfado, confusión.

Sin embargo, ni yo misma me entendía. ¿Por qué estaba tan enfadada? Yo no era nada de Zayn, Zayn no era nada mío. Dos besos tontos y algunos roces no hacen que seamos nada más allá que dos desconocidos prácticamente.

Subí el volumen de la quinta canción del disco “Abbeay Road”

Ninguno de los dos compartimos ninguna palabra. El camino de vuelta a mi casa fue confuso y tenso.

Aparcó su mercedes delante de mi portal, como habitualmente. Paró el motor y se colocó de nuevo las gafas de sol. Parecía que iba a bajar detrás de mí. Abrí mi puerta del vehículo.

-Buenas noches. – Dije amablemente y abandoné el coche.
-Espera. – Me detuvo él saliendo a la vez que yo.

Apresuré el paso y comencé a subir las escaleras exteriores del portal, rebuscando las llaves en mi bolso. 

Por fin las encontré. Las saqué del bolso y las adentré en la puerta para abrirla.

-Espera, joder. – Zayn alcanzó mi brazo, del cual tiró para atrás y evitó que entrase al portal.

Le miré enfadada, con una mirada furtiva.

-¿Qué? – Pregunté cortante.
-¿Qué te he hecho? ¿No te ha gustado el sitio? Pensaba que te iba a gustar.
-Buenas noches. – Respondí.
-¿Enserio me piensas dejar así?
-¿No lo ves?

Zayn me soltó el brazo decepcionado con mi respuesta.

-Sólo una última cosa. – Dijo mientras yo de nuevo giraba las llaves para abrir la puerta. - ¿Por qué has aceptado mi cita si me ibas a rechazar?
-Carol me ha dicho que te quiere.

Dije sonriéndole sarcásticamente. La puerta del portal se iba a cerrar por completo, pero su pie lo impidió.

-¿Quién? – Insistió poniéndose detrás de mí.

Yo me mantenía cruzada de brazos esperando al ascensor.

-¿Cómo lo sabes? ¿Es que has cogido mi teléfono? – Preguntó asombrado.

Me giré y le miré. Algo arrepentida. No lo debería de haber hecho, eso estaba claro, y menos debería de haberle dicho que esa chica había dicho todo eso.

Estaba en silencio. Él me miraba atento, esperando una respuesta.

-Contéstame.
-Sí. – Le dije mientras esperaba más ansiosa aún el ascensor.
- ¿Por qué? – Preguntó saliéndose casi de sí.
-Llamó dos veces, pensé que sería importante.
-¡No deberías de haber contestado!
-Pues lo hice.
-¿Y enserio te enfadas tú? ¡Debería de enfadarme yo! Esa chica lleva llamándome dos días enteros.
-Tienes razón. No debería de haberlo cogido. Pero lo cogí y quizás fuese lo mejor. ¿Cuánto tiempo ibas a mantener en secreto que tenías novia? Sólo me quieres para acostarte conmigo.

Zayn abrió la boca en signo de asombro mientras se llevaba ambas manos a la nuca.

-¡Esa chica no es mi novia! – Exclamó.
-Vale. Lo que tú digas.

El ascensor estaba a punto de llegar, pero él se puso delante de él para explicarme todo.  

-Lo fue. – Añadió mientras las puertas se abrían. – Pero ya no lo es. No es nada.
-No me tienes que dar explicaciones. He sido una cotilla, tienes razón. Me metí donde no me llamaban.
-Dime al menos que te dijo.
-Que lo sentía por todo y que te quería.
-Lo suponía. – Dijo mirando hacia el suelo sin retirarse de delante de la puerta.
-Ah, y que volvería pronto. – Añadí.

Su cara se descuadró.

-No puede ser.
-Pues es. – Contesté fría a su negación. - ¿Me permites?
-¡Escúchame! Ella no es nada mío, te lo prometo. Estoy completamente centrado en ti, ya lo has visto. Me gustas, me gustas de verdad.

El chico me agarraba fuertemente del brazo. Quería creerle, pero no le conocía lo suficiente. Lo mejor sería dejar las cosas estar y hablarlo más adelante.

-Zayn, no tengo ganas de escuchar excusas. Mejor hablamos otro día.

Su mirada se desprendió hacia el suelo de nuevo y permaneció ahí mientras se apartaba para dejarme paso para el ascensor.

-Buenas noches, Zayn.

Él me miró y simplemente, bajó las escaleras del portal, desganado.

~

Lunes por la mañana. La oficina estaba como normalmente. La gente tecleaba en sus ordenadores para comenzar la revista que saldría a la semana siguiente.

-Buenos días, ____. – El señor Jones se acercaba hacia mi mesa. - ¡Estoy francamente contento!
-Buenos días, señor. – Dije sonriente.
-Se han vendido diez mil números en tan solo tres horas. ¡Esas fotografías son tremendamente geniales! Nos darán mucho dinero. Buen trabajo, señorita.

Me ruboricé al escuchar esas palabras tan halagadoras de mi jefe.

-Tengo algo que sugerirle. – Añadió de nuevo.

Mis ojos aumentaron de tamaño. ¿Por fin me daría ese ascenso tan deseado?

-Claro, dígame.
-Necesitamos una entrevista a esos chicos. “BFY”

Mi cara se transformó cuando escuchó la petición de mi jefe.

-¿Está usted de broma?
-¿Por qué iba a estarlo?


Me llevé la mano a la frente. Había estado evitando todo el día anterior a Zayn. Me llamó bastantes veces pero en todas le ignoré. Incluso le dije a Harry, que había venido a por Hel, que le dijese que no insistiese más. ¿Por qué el destino estaba poniendo constantemente a Zayn en mi camino? 

PD. ¡Hola chicas! Aquí os dejo mi crónica del concierto del 24, para quienes la quieran leer ^^ http://www.twitlonger.com/show/n_1rkgosh



lunes, 27 de mayo de 2013

Capítulo 15.

Sin apagar el motor y dándole más fuerza a las luces, me sonrió y tocó suavemente mi pierna.

-¿Bajas?
-¿Dónde estamos? – Balbuceé. Estaba de nuevo bloqueada, su mano continuaba tocando mi pierna. Su tacto tan suave y su temperatura tan alta de la mano hicieron que me estremeciese.
-En el lugar más bonito de la ciudad. Vamos, baja.  – Insistía el chico.

Le hice caso y, cuando apartó su mano de mi pierna, bajé del coche.

Eso estaba todo oscuro. Sólo se escuchaban a los grillos cantar y algún búho ululando.  Las potentes luces que había activado Zayn era lo único que dejaba ver alrededor de su coche.

Miré un par de veces a mí alrededor. Ese sitio estaba realmente alto y se veía toda la ciudad alumbrada con miles de luces. Además, había un telescopio en el borde de la valla para que se pudiese apreciar aún mejor la ciudad y, aparte, las estrellas.

Seguía boquiabierta.

-¿Te gusta? – Zayn se acercó a mí apoyándose en su coche con sus manos metidas en los bolsillos.
-Me encanta. – Le confesé.

Él sonrió satisfecho.

Corrí a mirar a través del telescopio. La noche estaba despejada y las estrellas se podían apreciar perfectamente.

Coloqué mi ojo en el ocular y lo comencé a mover. Esas estrellas se veían geniales desde ahí.

-¿Por qué has bajado? – Preguntó Zayn acercándose a mí e interrumpiendo ese magnífico momento que estaba experimentando yo sola.
-¿Dónde?
-Conmigo. ¿Por qué has aceptado?
-Zayn, ¿qué más da? Estoy aquí.
-Quiero saberlo.

Me retiré del telescopio y le miré fijamente a sus ojos color miel. Me hipnoticé. Su mirada parecía ilusionada, brillante. ¿De verdad era yo la razón por la que él estaba así?

-No pierdo nada por darte una oportunidad. – Respondí sonriente.

Él sonrió a mi confesión y se abalanzó sobre mí a darme un increíble abrazo.
Era el primero que ese chico me daba y me sentí realmente cómoda en él. Quizás fue mi actitud la que no me permitía descubrir lo increíble que podría ser ese chico.

-¿Has visto que vistas más increíbles hay aquí?
-¡Falta mi cámara! – Exclamé yo.

Zayn soltó una gran carcajada y me besó la mejilla. Me ruboricé y sonreí con él.

Después, el se me quedó mirando fijamente a los ojos y retiró mi pelo, que caía sutilmente por mis hombros y tapaba mis oídos y parte de mi cara. Después, se inclinó sobre mi oído.

-Siempre que quieras podremos venir aquí.

Me estremecí cuando sentí el aire salir de su nariz e impactar directamente contra mi cara.

Se retiró suavemente mientras mis piernas comenzaban a tambalearse.

Zayn se acercó a la valla y yo fui detrás de él. Me coloqué a su lado y el brote del aire que daba directamente a mi cara me desplazó un poco hacia atrás.

-No te caigas. – Dijo Zayn sonriendo y sin quitar la mirada de la ciudad.
-Idiota. – Dije agarrándome a la valla lo más fuerte posible.

Zayn se giró hacia mí y me miró de nuevo directamente a los ojos.

-Gracias por aceptar mi cita.

Sonreí.

-Y gracias por confiar en mí.  – Añadió.

Después de eso, se inclinó despacio sobre mi cara y dejó caer sus labios sobre los míos. Ambos se juntaron humedeciendo los labios del otro. Al instante, abrimos la boca dejando juguetear las lenguas, peleándose entre ellas.

Ese beso fue diferente al de la noche anterior. Ese beso apasionado pero suave, fue único.

Nos separamos y ambos nos miramos a los ojos deseosos de más. Zayn me condujo hasta el capó de su coche y ahí me tumbó dejando colgar mis piernas y colocando su cuerpo entre ambas. Agarró mis dos muñecas poniéndolas paralelas a mi cabeza. Las sujetaba fuertemente mientras me besaba apasionadamente. 

Tras unos minutos así, una de sus manos soltó mis muñecas, pero antes de apenas darme cuenta, su mano izquierda sujetaba mis dos manos.

Mientras, con la derecha, comenzaba a perfilar mis curvas con sus dedos, sin dejar de besarme. Me incorporé mientras él me soltó las manos y mis piernas rodearon su cintura mientras él comenzó a desabrocharme de nuevo la camisa, esta vez con las manos.

Yo besaba deseosa sus labios, sin saber muy bien por qué.

Después, levanté su camiseta con mis manos y las puse en su abdomen tan trabajado. Gimió cuando mis manos algo frías contactaron con su ardiente cuerpo.

Pero no  le importó, continuó besándome y mordiéndome el labio inferior, tirando de él mientras sonreía.

Sus manos terminaron desabrochándome el botón de los pantalones.

-Espera, para. – Le pedí.

Zayn se alejó confuso de mí y yo aterricé los pies en el suelo, dejándome caer por el capó.

-Todo esto es demasiado precipitado. – Le confesé. –Además, este no es un buen lugar, nos pueden ver.

Zayn se colocó de nuevo la camiseta y me miró extrañado, mordiéndose sus labios húmedos.

-Aquí no nos ve nadie, ____.
-Prefiero prevenir, Zayn.

Él me miró mientras yo me terminaba de abrochar los últimos botones de la camiseta.

-¿Vamos a mi casa? – Insistió el chico.

Le sonreí y me terminé de abrochar el último botón para meterme en el coche.

Mi sonrisa le afirmó lo que mi boca no había pronunciado.

Zayn me imitó y se adentró en el coche bajando el nivel de las luces y girando el volante para salir de aquella alta montaña.

-¿Pongo la radio? – Me preguntó.
-No es por menospreciarte, pero no quiero escucharte cantar en la radio. – Dije con mi mano apoyada en la puerta del coche.

Él me miró sonriente.

-¿Por qué no? – Curioseó.
-Creo que las voces del pop moderno están demasiado retocadas. Son artificiales, simplemente.
-No puedo creer que tú trabajes de paparazzi y digas esto.
-Pues ya ves, soy un cajón de sorpresas.

Ambos sonreímos y él se adentró a una pequeña carretera paralela a la que estábamos tomando.

-Voy a echar gasolina, sino me temo que no llegaremos a casa.

Me informó al ver mi cara de desconcierto. Asentí con la cabeza y metió el coche en la gasolinera.

Aparcó el coche y se puso sus gafas de sol intentando pasar desapercibido. Abrió la puerta y me sonrió antes de abandonar el coche.

-Por cierto, dentro de la guantera hay CD’s y creo que esos no te parecerán tan artificiales, como tú dices.
-¿The Beatles? – Pregunté haciéndole caso y sacando un disco de la guantera.

Sonrió sin responder a mi pregunta retórica y cerró fuertemente la puerta.

Le miraba como andaba hacia la gasolinera para pagar previamente los litros que echaría. Metí el CD en la ranura y el mercedes de Zayn comenzó a activar la música y a reproducirla en esos altavoces.

Agitaba mi cabeza al ritmo de la música.

Pero algo me llamó la atención. Una música más moderna se interpuso en ese coche. Miré la radio pero estaba desactivada. La música no venía del coche.  El sonido venía del lado de los asientos, en el hueco de las marchas. Su móvil estaba vibrando. Le miré un par de veces y sólo conseguí ver la pantalla del móvil parpadeando. Miré hacia otro lado hasta que el móvil cesó de sonar.

La música de The Beatles seguía sonando. De nuevo, el móvil volvía a sonar. No quise ser cotilla, pero la curiosidad me ganó. Además, ¿y si era algo grave?

Cogí el móvil y lo incliné un poco. Un nombre destacaba en el centro de la pantalla de su Iphone. “Caroline”. ¿Ese no era el nombre de la chica que salía con él en las fotos de Internet? La curiosidad me ganó aún más y pulsé el botón verde sin pesar en las consecuencias que conllevaría eso.

Me lo coloqué en el oído. Silencio en mi parte del teléfono, ruidos en el suyo.

-¿Zayn? – Preguntó una voz fina y curiosa. -¿Estás ahí? Necesito hablar contigo. – Parecía preocupada.

Silencio. No sabía qué decir. ¿Qué querría esa chica de él?

-Está bien, sé que aún no se te habrá pasado del todo el enfado y quieras que no, lo entiendo. Aún me sorprende que me hayas cogido el teléfono, así que por eso aprovecharé y te diré que en cuanto pueda regreso ahí, contigo y te explicaré todo. Te lo prometo.

La voz de esa chica sonaba ansiosa, deseosa de contarle la verdad de algo que yo no tenía ni idea.

-Tengo que colgar. Adiós, Zayn. Te quiero.

Y colgó.


¿Quién era esa chica? ¿Qué le tenía que decir a Zayn? ¿Por qué le había dicho que le quería? Y lo que más me preocupaba ¿por qué me afectaba tanto? 

domingo, 26 de mayo de 2013

Capítulo 14.

¡Estúpido famoso! Seguro que fue él. Me estaba amargando la existencia. No me dejaba respirar. ¿A qué venían los bombones? ¿A qué venía esa apuesta? Si pensaba que me iba a enamorar antes de comerme esos bombones lo llevaba claro. ¡Odiaba los bombones!

El móvil sonaba en mi habitación. Solté enfadada la caja de bombones y me eché una carrera hasta alcanzar el aparato electrónico.

-¿Sí?
-Buenos días, preciosa.

¡No podía ser! Esto era un infierno. No me dejaba en paz, no me dejaba vivir.

-¿Qué quieres?
-¿No te llegó mi regalo?
-Lo hizo.
-¿Y qué? ¿Qué te pareció?
-Zayn, ¿Por qué no te olvidas de mí y te vas con esas chicas delgadas, altas, rubias y sin cerebro? Pegan más contigo.
-Porque a mí me gustas tú. Es más, estoy dispuesto a lo que sea por conseguirte.
-Pues si estás dispuesto a lo que sea, olvídame.
-Ayer cuando te besé sentí algo extraño. – Me interrumpió. – Algo bonito, distinto.

Me quedé sin palabras, inmovilizada. ¿A qué venía esto? ¿Enserio se me estaba confesando un famoso? Era irónico. Me gano la vida fotografiándoles y, sin embargo, uno de ellos se estaba “enamorando de mí”

-¿Por qué no dejas de hacerte la dura e intentas conocerme? Olvídate de que soy Zayn Malik y de que soy famoso. Olvídate de todo. Te aseguro que no soy el tipo de chico que tú te piensas. Al contrario, creo que soy el prototipo completamente distinto al que tú te crees. Queda esta noche conmigo, te prometo que no te defraudaré.

¿Zayn? ¿Enserio estaba hablando él? ¡No estaba siendo basto! Al contrario, sonaba hasta romántico. Mi respiración empezaba a agitarse sin yo darme cuenta. Seguía sin poder articular palabra. Sólo se escuchaba silencio a mi lado del teléfono.

-¿Estás ahí?

No sabía que decir. El chico insistía y yo, ¿me lo estaba pensando?

-Zayn, tengo que colgar. – Fue lo único que pude articular.
-Respóndeme.

Silencio de nuevo.

-Hasta luego.

Me estaba despegando el teléfono del oído cuando escuché que él continuaba hablando.

-Me paso a las ocho. Te espero en la puerta de tu casa. Si no bajas, prometo olvidarme de ti.

Y colgué.

Seguía paralizada, en shock. Me lo estaba pensando, ¡Me lo estaba pensando! Lo que estaba pasando no tenía ni pies ni cabeza. Incluso me atrevería a decir que ojalá le pasase a una de esas fans locas por ellos. ¡Lo aprovecharían más que yo!

-¿Con quién hablabas?

Hel apareció en la puerta con una toalla en la cabeza. Yo no contesté. Estaba sentada en la cama deshecha de mi habitación.

-¿Con él? – Insistió.

Narra Zayn.

Colgó. No me contestó. Esa chica se estaba haciendo bastante de rogar. ¿Acaso dudaba? ¿Acaso sabía si lo que le decía era mentira? El caso es que, todo lo que le acababa de decir por ese teléfono, era verdad.

Permanecía asomado a esa terraza de la casa de Harry, viendo las vistas de toda la ciudad desde ahí arriba.

-¿Qué haces aquí solo tan temprano? – Me preguntaron.
-Hola, Harry.

Le miré tan solo para saludarle y devolví la mirada a las vistas de la terraza. Apretaba mi mandíbula, tenía rabia.

-¿Qué te ocurre?
-Esto es raro.
-¿El qué? – Insistía mi amigo.
-Todo esto. Esa chica. Es mi principal pensamiento. No paro de pensar en ella. Ni si quiera he conseguido que ella esté cómoda conmigo. ¿Por qué no puede ser como lo es Hel contigo? Vosotros dos os estáis conociendo, ambos con ganas.

Harry sonrió mostrando sus hoyuelos y se apoyó con los codos en la barandilla de la terraza, entrelazando sus manos en el aire.

-Hel es genial. – Añadió. – Es natural, guapa, sencilla. Es la chica que buscaba.
-¿Ves? A eso me refiero. Yo quiero eso con ____.
-Superaste lo de Carol, por lo que veo.
-No es cuestión de superarlo, simplemente lo asumí. Ella decidió que esto fuese así. Se fue a Nueva York. Prefirió el dinero al amor.

Harry pasó su mano izquierda por mi cuello y me empotró contra su pecho revolviéndome el pelo.

-¿Y qué harás tú cuando empecemos el tour por el resto del mundo? – Añadió.

Le miré mientras me separaba de su abrazo y me auto pregunté eso yo mismo. ¿Qué haría? 

Narra ____

-Sí. – Contesté. – Era él…

Estaba confusa, demasiado diría yo. Seguía pensándomelo. Ese chico me había convencido, realmente lo había hecho.

-Parece que realmente está interesado en ti. – Añadió Hel.
-Lo sé, pero todo esto es raro y arriesgado. Él es tan diferente a mí. Yo soy humilde, sencilla, económicamente normal. Sin embargo, él tiene todo lo que yo no tengo.
-Sí se ha fijado en ti es por algo. – Me interrumpió mi amiga. – Ese chico se lo está currando. Y como tú dices, ¿por qué sigue insistiéndote si tiene a la chica que quiera detrás de él? Dale una oportunidad, quizás sea el chico que tú buscabas siempre.

~

Ocho menos cuarto. Estaba arreglada y sentada encima de mi cama, mirando de vez en cuando por la ventana. ¿Vendría? Esa era la pregunta que se me pasaba por la cabeza.

Mi opinión cambió en tan solo milésimas de segundo.

Un mercedes negro aparcó delante de mi casa. Me levanté de la cama y me asomé a la ventana, con la luz apagada, para que no me viese. Él bajó la ventanilla. Llevaba una chaqueta de cuero y un tupé perfectamente peinado. Después, encendió un cigarro y se lo colocó en la boca.

Vaya, las imágenes no mentían. Ese chico fumaba.

Me retiré de la ventana y me pregunté una última vez “¿Bajas?”. Esperando respuesta a esa pregunta, coloqué mis shorts y cogí mi bolso negro abandonando mi habitación y después abandonando mi casa.

Acababa de llegar a las escaleras de mi portal. Él, acababa de tirar el cigarro por la ventana del coche, parecía no haberme visto. Estaba retocándose en el espejo que bajó de techo del coche.

Sonreí inconscientemente al verle . Ladeé mi cabeza, esa sonrisa no debería de existir.
Subió el espejo y suspiró. Después, miró a través de la ventana, con el cristal aún bajado y me vio, de pie en el pie de las escaleras, con las manos entrelazadas y sonriendo como una idiota.

Su sonrisa penetró en mis ojos, tanto que hizo que mi piel se erizase. Esa sonrisa que era tan peculiar y diferente. Sus ojos brillaban aún en la distancia.

Levantó la mano y me hizo un gesto para que acudiese al vehículo. Miré a ambos lados de la calle, la que normalmente estaba deshabitada, y crucé lo más rápido que pude, rodeando el coche y abriendo la puerta del copiloto.

-Bajaste. – Dijo con una voz ronca cuando me monté en su coche.
-Eso creo. – Respondí a su afirmación sonriente.
-Hola, preciosa.

Su habitual saludo no podía faltar.

-Hola. – Musité sonriente.
-Pensaba que una señorita como usted nunca saldría con alguien como yo.
-No hagas arrepentirme de haber venido y arranca el coche.

Zayn soltó una gran carcajada la cual me contagió.

-Y, ¿dónde quieres que vayamos?  - Preguntó.
-¿Dónde pensabas llevarme?
-Creía que no vendrías, por eso no pensé nada.

Puse mis ojos en blanco y miré al exterior a través de la ventana.

-¿Quieres que vayamos a mi casa? – Preguntó.

Giré el cuello lo máximo que pude hacia él.

-¿Para qué? – Pregunté.
-Tranquila, no por ir a una casa tiene que pasar nada.

Puse una cara de obviedad y él se echó e reír.

-Está bien, conozco un sitio precioso cerca de aquí. – Dijo.

Arrancó el coche sin pedirme opinión y comenzó a conducir. No me llevaría al centro de la ciudad como la anterior noche, ya que conducía hacia el norte.

Fuimos por una carretera de dos sentidos, ni si quiera fuimos por autopista. 

Ninguno intercambiábamos ningún tipo de palabra, estábamos callados. Le miraba mientras su mano derecha estaba situada en el volante.

Empezó a subir el coche a través de un monte en una carretera siniestra y solo alumbrada por las tenues luces que desprendían los faros del mercedes de Zayn.

-¿Dónde vamos? – Pregunté algo asustada.
-Confía en mí. – Dijo.

Y así lo hice, ya no me quedaba otra. Confié en él hasta que aparcó su coche en un mirador.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Capítulo 13.


El chico se puso en frente de mí, impidiendo que me continuase retocando en el espejo del ascensor.

-¿Qué haces, Zayn? – El ascensor comenzó a subir.
-Subiré contigo.
-No.
-¿Por qué? ¿Acaso te vas a quedar en tu casa?
-Sí.
-Ah, ¿para eso querías que viniésemos?
-Esta vez he sido yo la ingeniosa. – Le sonreí guiñándole un ojo.

El chico pulsó el botón que hizo parar a ese ascensor.

-¿Qué coño haces? – Pregunté sobresaltada, enfadada.
-Siempre me preguntas lo mismo, ¿acaso no ves lo que hago?

El chico cogió mis muñecas empotrándome contra una de las paredes del ascensor. Después, puso mis manos encima de mi cabeza y comenzó a besarme el cuello, suave y dulcemente.

Mi respiración se agitaba, él no me permitía moverme en el poco espacio de ese cacharro.

-P-para – Balbuceé como pude.

Él ignoró mi petición y comenzó a bajar con sus labios hacia mi pecho, abriendo poco a poco los botones de mi camisa color verde con la boca. Me estremecí cuando sus labios mojaban mi piel cada vez más intensamente.

-Zayn, para. – Le rogaba.

Paró un segundo y me miró a mis asustados ojos. Me sonrió y de nuevo comenzó a besar mi cuello ignorando que había dejado a la vista mi sujetador negro.

Sus labios rozaban ahora mi cara, mi piel se estaba erizando y mi corazón iba muy deprisa. No sabía exactamente las intenciones de ese chico.

Giré mi cara para ver lo lejos que me quedaban los botones del ascensor para ponerlo en marcha otra vez. 

Intenté soltar una de mis manos de las suyas pero fue imposible, él continuaba mandando sobre mí.

Agarró un poco de carne de mi cuello y lo mordió. Gemí cuando él absorbió mi cuello para sí.

-Me haces daño, para.

Me sentía tan indefensa, cohibida. Pero a la vez, mi piel pedía más besos por todo el cuerpo.
El ascensor sonó. ¿Cuándo ese chico pulsó el botón para que el ascensor comenzara a subir de nuevo? ¿Por qué no me di cuenta de que el armatoste comenzaba a moverse?

Agarró mis dos manos solo con una de las suyas y cogió mi barbilla para dirigirla hacia él. Besó rápida y suavemente mis labios, mojándolos. Un agitado roce de bocas.

-Buenas noches. – Susurró, con una voz ronca. Soltándome las muñecas, con las que llevaba haciendo fuerza un rato y sonriendo, como siempre. Después repasó mis labios, mojados con su saliva, con su dedo pulgar y me guiñó el ojo.

Salí del ascensor y abandoné a Zayn que continuaba en el interior de él. No paraba de mirarme, sonriendo, mientras el armatoste se cerraba.

Suspiré de alivio. Qué situación más tensa acababa de vivir. Muy tensa y a la vez más atrevida. Me había besado. Ese chico se atrevió a besarme sin mi consentimiento. Sin embargo, no me disgustó. Aquel individuo guardaba algo curioso, quizás fuese su ingenio y su manera de tratarme. Algo que hacía que todos mis sentidos se revolucionasen cuando él estaba cerca de mí.

Abrí la puerta de mi casa, aún en estado de shock.

-¡Espera, espera! ¡No cierres!

Alguien exclamaba tras de mí. Temí que fuese Zayn, pero me alivié cuando mi mirada captó a Hel corriendo hacia mí con los zapatos de tacón en sus manos.

-¡Maldito ascensor! – Jadeó. – Alguien lo deberá de tener atascado en quién sabe dónde.

Me ruboricé cuando dijo eso. Los culpables de que el ascensor se estancase fuimos nosotros. Aunque, en realidad, fue Zayn.

-Hola, Hel.
-Hola. – Dijo ella recuperándose de su subida de escaleras.

Las dos entramos en casa. Yo me quité la chaqueta y dejé las llaves detrás de la puerta.

-Al final saliste. – Afirmó Hel dirigiéndose a la cocina para beber agua.
-Sí.

Arqueó sus cejas insinuando algo.

-¿Pasó ya algo entre vosotros dos? – Preguntó.
-¿Por qué das por hecho de que quedé con Zayn?
-Es obvio, antes de irme él se quedó aquí.

Dejé mis ojos en blanco y me senté en una banqueta de la cocina, mirando como ella comía del recipiente un helado de chocolate ansiosamente. No se deberían de haber cruzado en el portal entonces.

-Sí, quedé con él.

Hel sonrió pícara.

-Pero no pasó nada. – Añadí.
-¿Ni siquiera un beso?

Miré al suelo.

-¿Os besasteis?

Hel soltó la botella de agua encima de la mesa de la cocina y corrió hacia mí, poniendo sus manos en mis rodillas, esperando respuesta a esa pregunta que, para mí, era retórica.

-¿Cómo no le trajiste a casa? – Exclamó.
-No sé cómo no te entra en la cabeza que él es un famoso, yo trabajo en la prensa, él y yo jamás podríamos tener nada.
-Tú lo que tienes es medio a pillarte de ese chico. – Dijo yendo de nuevo a por la botella de agua.
-Sí, tanto como tú de perder a Harry. – Hel se paró bruscamente cuando cogió la botella y se giró hacia mí.
-Él es increíble, ____. – Dijo casi con los ojos inundados.
-Será increíble dos días más. – Susurré.
-¿Por qué?
-Hel, es un crío. Tiene todo el dinero del mundo, ¡A todas las tías del mundo! ¿Por qué se va a enamorar de ti? – Levanté la voz, convencida.
-No soy rica ni tampoco una preciosidad físicamente, pero más allá del dinero, físico y trabajo, existen sentimientos, ____. Quizás Harry se haya fijado en mí porque yo no soy tan artificial como todas esas famosas.

Lo que acababa de decirle a Hel pareció afectarle mucho.

Abrió el frigorífico y, tras guardar la botella, abandonó la cocina sin despedirse de mí.

Me quedé pensativa, pero en mi cabeza no cogía la idea de que ese crío tan rico se enamorase de mi mejor amiga. Era imposible.

Tras recapacitar, me fui a dormir arrastrando los pies descalzos por el parqué y pensando en todo lo que había pasado estos dos últimos días.

~

El timbre no paraba de sonar. Insistían. Las nueve de la mañana, ¿quién sería? Un sábado a estas horas no esperábamos a nadie.

Parecía que Hel no querría levantarse a abrir, no esperaría a nadie. Yo tampoco. ¿Quién diablos sería?

Ni si quiera me peiné. Atravesé el pasillo con el pijama de verano, shorts y camiseta de tirantes, y llegué a la puerta.

No había nadie en ella, sin embargo, en el rellano, al lado del ascensor, había un hombre vestido de amarillo con un paquete en su mano.

Se giró cuando escuchó abrirse mi puerta.

-¿Eres ____? – Preguntó.
-Sí, soy yo. ¿Quién eres tú?
-Traigo un paquete para ti.

Mis ojos se agrandaron. ¡Seguro que era mi ascenso!

El chico se acercó y yo ansiosa le miraba, esperando a que me diese por fin ese paquete. Extendí la mano para alcanzarlo, pero el chico me rechazó.

-¿Me puede firmar aquí antes, por favor?

Le miré de mala manera y cogí el bolígrafo que me ofrecía para firmar.

-Buenos días. – Dijo el cartero dándome el paquete.

Cerré la puerta entusiasmada y me fui al sofá con el paquete en las manos.

-¿Quién era? – Hel se acababa de despertar y se acercaba hacia mí.
-El cartero. ¡Tiene mi ascenso!

Comencé a abrir el paquete, ansiosa. Tenía muchísimos envoltorios y yo estaba cada vez más nerviosa.

Tiré del último envoltorio bajo la mirada atenta de Hel. Detrás de todos esos papeles, se encontraba una caja de bombones.

-¡Oh! – Exclamé endulzándome. - ¡Mira todo lo que se ha currado Jones para ascenderme! Qué bonito detalle.

Hel sonrió.

-¿Qué es eso? – Preguntó curiosa.

Había un pósit de color amarillo pegado encima de la caja.

“Me apuesto un viaje a que te enamoras de mí antes de acabarte esta caja de bombones”

Hel se echó a reír al leer conmigo la nota.

-No sé. – Mi mejor amiga se levantó y comenzó a andar hacia el pasillo diciéndome eso. -pero creo que ese no es el ascenso de Jones. Eso, o el jefe está intentando conquistarte, Zayn se pondrá celoso.

PD. Chicas, hoy he subido los capítulos 13 y 14 porque no subiré ningún capítulo hasta el Domingo probablemente, ya que estaré con los chicos en Madrid.